Los niños que pasan de 5 a 7 horas al día con un dispositivo digital están 49 puntos (el equivalente a dos años escolares) por detrás de los niños que usan pantallas menos de 1 hora al día. El 65% de los estudiantes informaron que se distraían mientras utilizaban dispositivos digitales para las tareas escolares y el 59% informó que se distraía cuando los estudiantes que estaban cerca de ellos usaban dispositivos digitales.

Las imágenes por resonancia magnética de niños pequeños muestran que el tiempo que pasan frente a una pantalla reduce el tamaño de las áreas del cerebro responsables del procesamiento visual, la empatía, la atención, la memoria compleja y las habilidades tempranas de lectura.

Un informe del Comisionado de la Infancia del Reino Unido que encuestó a 1000 jóvenes de entre 16 y 21 años mostró que el 79% había visto pornografía violenta antes de los 18 años. Los usuarios frecuentes de pornografía tienen más probabilidades de participar en actos sexuales físicamente agresivos.

Un estudio de Sapien Labs realizado en 2023 con 27.969 jóvenes de entre 18 y 24 años descubrió que los resultados de salud mental eran significativamente mejores cuanto mayor era la persona joven cuando adquirió un teléfono inteligente. El porcentaje de mujeres con problemas de salud mental disminuyó del 74% entre las que recibieron su primer smartphone a los 6 años, al 46% entre las que lo recibieron a los 18 años. En el caso de los hombres, el porcentaje se redujo del 42% a los 6 años al 36% a los 18 años.

Los investigadores descubrieron que los niños de 3 y 4 años tenían más activación en las regiones lingüísticas del cerebro cuando leían un libro con un adulto, como un padre, que cuando escuchaban un audiolibro o leían desde una aplicación digital. Cuando leían en un iPad, la activación era la más baja de todas. En otro estudio, las imágenes por resonancia magnética de niños de 8 a 12 años mostraron que los circuitos de lectura eran más potentes en los que pasaban más tiempo leyendo libros en papel que en los que pasaban el tiempo frente a las pantallas.

Los análisis longitudinales de 17 409 participantes (de 10 a 21 años) sugieren distintas ventanas de sensibilidad hacia las redes sociales en la adolescencia, cuando un mayor uso estimado de las redes sociales predice una disminución de los índices de satisfacción con la vida un año después (y viceversa: un menor uso estimado de las redes sociales predice un aumento en los índices de satisfacción con la vida). Estas ventanas se presentan a edades diferentes en los hombres (14 a 15 y 19 años) y en las mujeres (11 a 13 y 19 años).

Hospitales Pediátricos Beioff de la Universidad de California en San Francisco: Cuanto más tiempo pasen los niños usando pantallas entre los 9 y los 11 años, mayores serán sus probabilidades de tener conductas suicidas dos años después, entre los 11 y los 13 años. En concreto, cada hora adicional que pasaban frente a una pantalla aumentaba el riesgo en un 9%. El riesgo fue mayor cuando enviaban mensajes de texto, seguidos de chatear por video, mirar videos y jugar videojuegos.

La sensación general de pesimismo entre los adolescentes se ha apoderado de ambos sexos desde 2010, y los niños muestran un aumento del 42% en su acuerdo con esta afirmación: «La gente como yo no tiene muchas posibilidades de tener una vida exitosa». En el caso de las niñas, observamos un aumento del 68% entre 2010 y 2021

En su informe de 2022, Los adolescentes y la pornografía, Common Sense Media informó que el 75% de los niños de 13 a 17 años han consumido pornografía en línea. Otro estudio publicado en Sexuality Research and Social Policy encontró que el 97,3% de los 166 niños de 12 a 17 años habían consumido pornografía, un 24,2% más que las niñas de la misma edad.

Los episodios de autolesiones de adolescentes han aumentado en los cinco países anglosajones (EE. UU., Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda). Desde 2010, en EE. UU.: aumentos del 48% (niños) y del 166% (niñas), en el Reino Unido: aumentos del 134% (niños) y el 78% (niñas), en Australia: aumentos del 29% (niños) y del 83% (niñas), en Nueva Zelanda: aumentos del 116% (niños) y del 138% (niñas), y en Ontario: aumentos del 75% (niños) y del 138% (niñas).